Lecturas políticas al “impeachment” contra Trump

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El Partido Demócrata de los EE.UU., desde los inicios del gobierno del Presidente Trump, acaricia el

propósito de realizar un “impeachment” (juicio político para destituir al Presidente) que, en calidad de
candidato del Partido Republicano, lo derrotó en las elecciones del 2016.

El primer intento se fundamentaba en el supuesto contubernio del equipo de campaña de Trump
con espías rusos, que influyeron para trasiego de votos en contra de la candidata demócrata. Ese intento
fue desestimado, totalmente, luego del informe de la investigación que, durante dos años, realizó el fiscal
especial Robert Mueller.

Los líderes demócratas retomaron “el camino del impeachment contra Trump”, basándose en los
informes de un agente de la CIA que presenta al Presidente Trump “haciendo uso del poder” frente el
Presidente de Ucrania para que investigue actos de corrupción del hijo del ex vicepresidente Biden, actual
precandidato presidencial del Partido Demócrata. Luego le agregaron la acusación de “obstrucción al
Congreso”

Es de general conocimiento que, el pasado miércoles, la Cámara de Representantes, haciendo uso
de su mayoría en esa instancia, aprobó los cargos de “abuso de poder y obstrucción al Congreso” en una
votación política de 230 contra 198, con la abstención de un demócrata.

A partir de ahora, el caso pasará al Senado, donde los republicanos tienen una mayoría unificada en
torno al Presidente Trump: 53 legisladores frente a 47. Además, las normas del "impeachment" requieren
de una mayoría de dos tercios.

Por anticipado todo indica que en el Senado ese juicio no tiene ninguna posibilidad. Que habrá una
votación favorable al Presidente Trump. No cabe la menor duda.

Ahora, veamos las lecturas de esta “utopía” política (¿?) de los demócratas, que podría asumirse
como enseñanza política para nuestros países:

1. Los demócratas están haciendo uso de la institucionalidad, de la Constitución, de las leyes
norteamericanas, del régimen de consecuencias y agotando el debido proceso.

2. Aun cuando este segundo intento de “impeachment” tampoco tiene posibilidad de éxito; se
utiliza como procedimiento político para tratar de menguar el controversial estilo del Presidente
Trump, que buscará la reelección en los comicios del 2020.

3. La impunidad está reducida a su mínima expresión en la sociedad norteamericana. Hay un
régimen de consecuencias que se respeta hasta para una simple violación de un semáforo. Se
aplican las consecuencias que indican las leyes sin tomar en cuenta jerarquías políticas ni
posiciones económicas y sociales.

4. Con este “impeachment”, los norteamericanos vuelven a evidenciar que “nadie están por
encima de la Ley”. Que se aplica a todo el que “agarran” violando sus leyes, sin excepción. Otros
presidentes habían pasado por ese mismo suplicio: Andrew Johnson, en 1868 y Bill Clinton, en
1998. Ambos quedaron absueltos. Mientras que Richard Nixon, en 1974, que enfrentó un
“impeachment”, prefirió renunciar antes que la Cámara de Representantes votara.

D. Trump entrará en la historia norteamericana como el cuarto presidente que pasó por un
“impeachment” que, políticamente, podría tener impacto en las próximas elecciones, lo cual es el principal
objetivo de los demócratas, dando una demostración de la “real política” en una sociedad que se respetan
los principios y procedimientos de la democracia imperfecta, pero democracia al fin y al cabo.