SEPTIEMBRE: UN MES AZAROSO POR MASIVAS Y HORRIPILANTES MUERTES

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Para la R. Dominicana (RD) y América, septiembre ha resultado azaroso por la cantidad de negativos acontecimientos y de miles de muertes que registra la historia durante ese mes:

Ciclón de San Zenón (3-septiembre-1930), Golpe de Estado al gobierno democrático del Prof. Juan Bosch (25-septiembre-1963), asesinato masivo en una iglesia en Haití (11-septiembre-1988), Golpe de Estado en Chile y vil asesinato del Presidente Allende (11-septiembre-1973), y la terrible acción terrorista con miles de muertos en EE.UU. (11-septiembre-2001).
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Tres semanas después de la juramentación del tirano Rafael L. Trujillo Molina como presidente de la RD (16-agosto-1930), se produjo la devastadora llegada del ciclón de San Zenón, el 3 de septiembre del 1930, que destruyó casi en su totalidad la ciudad de Santo Domingo y otros pueblos de la región sur, dejando una secuela con más de 1,000 muertos y más de 4,000 heridos.

Después de finiquitados los 31 años de la tiranía de Trujillo, el pueblo dominicano realizó sus primeras elecciones libres (20-diciembre-1962), en las que escogió al Prof. Juan Bosch como presidente de la RD. Ese gobierno, respetando las libertades y derechos humanos, estaba creando condiciones apropiadas para el desarrollo económico de la RD.

Illo , El espurio contubernio de la oligarquía criolla con un sector de la iglesia y el padrinazgo de EE.UU. tronchó esta positiva experiencia democrática que empezaban a disfrutar los dominicanos porque, a los 7 meses de su juramentación, se materializó (25-septiembre-1963) el horrible golpe de Estado al gobierno constitucional del Prof. Bosch, cuyas principales consecuencias directas fueron la “Guerra Patria de Abril” (24-abril-1965) y la segunda invasión militar norteamericana en la RD (28-abril-1965).

Exactamente, diez años después del nefasto golpe de Estado al Prof. Bosch, el pueblo chileno fue víctima de una acción similar. Por eso en Chile, se conmemora el 48 aniversario que los militares, dirigidos por el general Augusto Pinochet, también con el comprobado padrinazgo de EE.UU., asestaron un horrible y sangriento golpe de Estado (11-septiembre-1973), segando las vidas del legítimo y constitucional presidente Salvador Allende y de miles de indefensos chilenos.

En la vecina república de Haití, durante el gobierno del militar golpista Henri Namphy, se produjo una brutal masacre dentro de la iglesia San Juan Bosco (11-septiembre-1988), en la que asesinaron 30 personas y otras 80 resultaron heridas como consecuencia del ametrallamiento que hicieron militares, mientras el sacerdote católico Jean-Bertrand Aristides oficiaba una misa.

Ese masivo asesinato creó las condiciones políticas y sociales para el derrocamiento de la dictadura del general Namphy (17-septiembre-1988), también con varios muertos y heridos mediante golpe de Estado encabezado por el general Raoul Cedras. Estos acontecimientos facilitaron el triunfo electoral del ex sacerdote y ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristides que también fue derrotado, siete meses después, por otro cruento golpe de Estado (29-septiembre-1991).

En la conmemoración del 20 aniversario de la horrible acción terrorista que (11-septiembre-2001), provocó el derrumbe de las simbólicas torres gemelas de New York y al mismo tiempo se proponía acciones complementarias y suicidas para afectar los edificios del Pentágono y la Casa Blanca de los EE.UU.

Esa sangrienta y condenable acción terrorista produjo miles de muertos y heridos de indefensos ciudadanos, lo cual tuvo un trascendental impacto a nivel mundial que trastornó, en forma radical, todo lo relacionado con la seguridad ciudadana, el modo operandi de los viajes aéreos y las relaciones diplomáticas y comerciales entre varias naciones.

Esos azarosos episodios, acaecidos en septiembre, obligan al liderazgo político americano a profundizar en la identificación de los errores y debilidades que facilitaron a sus protagonistas las ejecuciones de tan perversas acciones.

Esta reflexión tiene el propósito de llamar la atención sobre esas horripilantes efemérides septembrinas y sus dañinas consecuencias, a los fines de que sean visualizadas como lecciones políticas y contribuir con la memoria histórica de las presentes y futuras generaciones para que procedan a crear las condiciones cívicas y patrióticas a los fines de que ¡Nunca jamás se puedan repetir!