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El lunes 18 de diciembre de 2006 el periódico El Día bajo a experimentada dirección del decano del periodismo dominicano Rafael Molina Morillo editorializó “Gesto plausible”, refiriéndose al final de la gestión en la Cámara de Cuentas de la República encabezada por Máximo Ramón Castillo Salas.

Es una percepción generalizada que los efectos directos de las medidas que se están tomando para enfrentar la pandemia del conoronavirus (COVID-19) repercutirían en crisis económicas, sanitarias y sociales que se visibilizarían en aumento del desempleo, de la pobreza, de la delincuencia, reducción de la clase media y hasta en trastornos psicológicos en determinados núcleos de la sociedad.

Luis Abinader llega a la Presidencia en medio de un panorama que ningún gobierno anterior tuvo que enfrentar. En el escenario que encuentra, inciden dos poderosos factores, con los cuales el mandatario ha tenido que lidiar, desde el primer día. La primera variable es más que evidente.

Los senadores prefieren llamarle «fondos de asistencia social”, pero el pueblo sabio lo bautizó como el “barrilito”.

Si por uno de esos caprichos del azar, algún marciano aterrizara en República Dominicana y leyera los periódicos de esta semana, seguro pensaría que el presidente Danilo Medina acaba de tomar posesión del cargo. Ni a un extraterrestre se le ocurriría pensar que el actual está en la postrimería de su gestión.